miércoles, 1 de agosto de 2012

* Pastillas | “Pero… ¿Para broncearse?” *

Los fotoprotectores orales hacen piña con tu crema solar para protegerte aún más. Tómalos 15 días antes de ponerte al sol, pero, cuidado, así como hay ventajas hay inconvenientes.
¿Qué son los fotoprotectores orales?
Son complementos nutricionales, generalmente a base de antioxidantes, que ayudan a neutralizar los efectos nocivos del sol sobre la piel y los ojos, además de activar y prolongar el bronceado. Se componen principalmente de:
  • BETACAROTENOS: precursores de la vitamina A que protegen de los radicales libres y previenen el eritema solar. Además, intensifican y prolongan el bronceado.
  • LICOPENOS: carotenoides naturales con efecto potente antioxidante.
  • VITAMINA E: es el principal agente antioxidante de la piel, esencial para estabilizar las membranas celulares.
  • POLYPODIUM LEUCOTOMOS: un helecho con propiedades antioxidantes, evita las quemaduras solares y la formación de celulas cancerígenas, preservando a la vez las células inmunes.
  • SKIN PROBIOTIC: fermento láctico natural patentado, cuya principal acción es activar las defensas celulares de la piel.
  • ACEITES: vegetales, flavonoides y oliogoelementos.
Están especialmente indicados si tienes la piel y ojos claros, intolerancia solar, o simplemente para prevenir el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel en personas de riesgo, ya que actúan donde no llega el fotoprotector tópico. Pero nunca deben sustituir a las habituales cremas de protección solar.
Algunos dermatólogos los recomiendan vivamente, mientras que, otros consideran que no son realmente necesarios si te alimentas bien.
Existen actualmente algunos agentes fotoprotectores orales con demostrada evidencia científica y clínica: por ejemplo el extracto de Polypodium lencotomos que a dosis única ya resulta una buena protección; también, combinaciones de vitaminas C y E, cuya ingesta durante algunas semanas aumenta la tolerancia cutánea.
Es bueno consumir antioxidantes, pero sin abusar: si ingieres compuestos con una capacidad de antoixidación exagerada, puedes inhibir tus propios mecanismos naturales (especialmente si eres mayor), con lo que consigues el resultado contrario al que buscas.

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