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La soya,
conocida también como frijol del Japón, es una especie de la familia de las
leguminosas, que crecen dentro de una vaina parecida a la de los
guisantes.
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Propia de China desde hace más
de tres milenios donde se ha convertido en su alimento fundamental. Actualmente,
su cultivo se ha extendido a regiones templadas de los cinco continentes, aunque
su consumo todavía es bajo en los países de Occidente.
Es la legumbre más cultivada, aunque sólo una pequeña parte de su producción se dedica a la alimentación humana; la mayoría se emplea como alimento para ganado y como materia prima para la industria.
Gracias a su alto valor proteínico es un buen sustituto de la carne en las naciones pobres. No existiría hambre en el mundo si toda la soya se utilizara para nutrir a la población, en lugar de para criar animales para después comerlos.
Es la legumbre más cultivada, aunque sólo una pequeña parte de su producción se dedica a la alimentación humana; la mayoría se emplea como alimento para ganado y como materia prima para la industria.
Gracias a su alto valor proteínico es un buen sustituto de la carne en las naciones pobres. No existiría hambre en el mundo si toda la soya se utilizara para nutrir a la población, en lugar de para criar animales para después comerlos.
Propiedades nutritivas de la soya o
soja
Su semilla es el
alimento más rico en proteínas con 36.5 %, mientras que la carne presenta menos
del 20% y los huevos un 12.5%.
La soya posee
19.9% de grasas: ácidos grasos insaturados como el linoleico y el oleico que
contribuyen a reducir el nivel de colesterol.
Los hidratos de
carbono suponen 20.9% de su peso: oligosacáridos, sacarosa y poco almidón por lo
que es bien tolerada por los diabéticos.
Cien gramos de
soya aportan más de la mitad de las necesidades diarias de vitamina B1 y B2, una
quinta parte de las de vitamina B6 y E y 15.7 mg de hierro, cinco veces más que
la carne, cubriendo totalmente las necesidades diarias.
Además contiene
minerales como el fósforo, magnesio, potasio, calcio y apenas un poco de sodio,
lo que la hace excelente para las afecciones cardiovasculares.
La soya contiene
9.3% de fibra que contribuye a regular el tránsito intestinal y a reducir el
nivel de colesterol.
Tiene
fitoestrógenos (hormonas femeninas de tipo vegetal) que ejercen una acción
similar a la de los estrógenos, pero sin sus efectos indeseables. Es decir,
favorecen el aumento de la mineralización ósea, protección frente a la
arteriosclerosis y sensación de bienestar, sin estimular el crecimiento de las
células de mama y del útero, factor favorecedor del cáncer. Además son potentes
antioxidantes.
Propiedades curativas de la soya o
soja
La soya favorece
el equilibrio hormonal de la mujer: regulariza el ciclo menstrual, alivia los
síntomas que son propios de la menopausia y disminuye el
riesgo de contraer cáncer de mama.
En el hombre, la
soja disminuye el riesgo de cáncer de próstata, de un infarto en el miocardio y
baja el nivel de colesterol total en la sangre.
Aporta proteínas
en gran cantidad, de excelente calidad biológica y de fácil digestión y
absorción, capaces de suplementar a otras proteínas.
Evita la
arteriosclerosis, que es el estrechamiento y endurecimiento de las arterias, y
brinda fluidez a la sangre mejorando la circulación.
Impide,
además, la formación de trombos (coágulos) en las arterias, disminuyendo la
probabilidad de sufrir infartos al miocardio o ataques
cerebrales.
Las proteínas de
la soya reducen la pérdida urinaria de calcio y aumentan la mineralización y la
densidad de los huesos, evitando la osteoporosis.
Sustituir la
carne por productos de soya favorece la función renal, tanto en caso de
insuficiencia, como de nefrosis (degeneración del tejido que hace perder
proteínas en la orina).
La leche de soya
puede sustituir a la leche de vaca y a las fórmulas lácteas infantiles,
permitiendo un crecimiento adecuado y satisfaciendo las necesidades nutritivas
de los niños. Resulta especialmente útil en caso de intolerancia o alergia a la
leche de vaca, así como para combatir la diarrea, y en casos de eccemas,
erupciones, asma y otras alergias infantiles.
Por último, la
soya y sus productos impiden el desarrollo de células cancerígenas. Su consumo
diario reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, de colon, de recto, de
estómago, de próstata y de pulmón.
Recetas de licuados curativos con
soya o soja
Licuado quema grasa con soya
Ingredientes
1/2 vaso de jugo de
toronja natural
1/2 vaso de leche
de soya fría
1 cucharada de
miel
1/2 cucharadita de
extracto de vainilla
5 cubitos de hielo
(opcional)
En la licuadora
vierte todos los ingredientes y mezcla por 30 segundos o hasta que quede suave.
Bebe enseguida.
Licuado para la menopausia con
soya
Este
licuado contrarresta los efectos de la menopausia, pues la leche de soya
contiene isoflavonas que actúan de forma similar a los estrógenos segregados por
el propio cuerpo. Disminuye síntomas comunes de la menopausia como los sofocos,
fatiga, sudor nocturno y cambios en el estado de ánimo, entre
otros.
Ingredientes
1/2 taza de leche
de soya
1/2 taza de yoghurt
1 taza de durazno
en trocitos
1 cucharada de
amaranto o ajonjolí
1 cucharada de miel
de abeja (opcional)
Verter todos los
ingredientes a la licuadora y batir a velocidad alta hasta que quede
suave.
Licuado para la osteoporosis con
soya
Ingredientes:
8 fresas
2 cucharadas de jugo de
naranja
2/3 de taza de leche de soya
enriquecida
1 pizca de azúcar.
Lavar muy bien las fresas y quitar el tallo. Colocar en la licuadora y mezclar hasta obtener
una bebida homogénea. Tomar tres veces a la semana
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