La solución no es comer menos ni pasar hambre sino de modificar los hábitos e ingerir alimentos saludables, gracias a una dieta que incluya las cantidades necesarias de nutrientes pero con pocas grasas. También debes limitar el consumo de sal y beber agua, ya que es la manera más efectiva de evitar la retención de líquidos, una de las causas de la celulitis.
Es aconsejable tomar a menudo los siguientes alimentos: cereales integrales; verduras como el pepino, el maíz, zanahorias, guisantes, espinacas, y berros; legumbres; frutas como la piña, las uvas y la sandía; el miso; los frutos secos; las algas; y las semillas de calabaza.
Por el contrario es necesario moderar el consumo de: azúcares y bollería; refrescos; productos lácteos; sal; salsas; carnes rojas; alcohol; conservas y precocinados.
Incorporar a tu estilo de vida unos sencillos hábitos saludables te ayudarán a estar y sentirte mejor:

- Haz tres comidas y dos tentempiés al día, y evita picar entre horas.
- Elimina totalmente los azúcares y reduce el consumo de estimulantes con el café, el té y las bebidas con cafeína.
- Toma preferiblemente alimentos cocinados a la plancha, al horno o al vapor.
- Reduce la ingesta de grasas y fritos.
- Haz ejercicio de forma regular.
- Disfruta de un ritmo de vida más tranquilo y relajado (sobretodo a la hora de comer).
- La ropa ajustada y los tacones altos dificultan la circulación sanguínea.
Y recuerda que no es recomendable realizar cambios radicales en tu dieta. Las dietas que alteran por completo los hábitos alimenticios no suelen seguirse durante mucho tiempo. Además, los frecuentes cambios de peso favorecen la celulitis.
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